SHABBAT SHIRA Y EL CANTO DEL MAGNIFICAT

El “Cantico de Moises”  Mija Moja, y el Magnificat: 
Por Adela Perez del Viso. San Luis.

Soy organista en la Sociedad israelita de San Luis  y en mi parroquia (Sagrado Corazón de Jesús, ciudad de San Luis).  Tengo el placer y honor de tocar en Shabbat y otras festividades judías,  y en Misa, primeras comuniones, confirmaciones, etc.  Escribo como conocedora de mi fe (cristiana) y sólo como admiradora y en constante aprendizaje de la parte de Judaismo a que pueda atisbar en las celebraciones de la Kehila.
Este Sabado (Shabbat) se celebra el “Shabbat Shirá”.  Shira viene de Shir, canto.  Se lee una parte de la Torá que corresponde a Exodo 15,  donde el pueblo judío estaba frente al Mar Rojo  y ya se había abierto el mismo, se observa un milagro,  y entonces todo el pueblo judío celebra la grandeza de Dios. 

Una parte de este Shir, Canto,  se lee cada Shabbat y se llama “Mija Moja”. “Mi jamoja ba-elim Adonay, Michamocha nedar-bakodesh”  , lo cual quiere decir en esta parte: “¿Quien es como Tu, Oh Adonai, entre los dioses? ¿Quien es como Tu, glorioso en divinidad?”
El Shir completo (es decir, Exodo 15, 11-18)  es aproximadamente así:
“Canto a Yahveh pues se cubrió de gloria arrojando en el mar caballo y carro.
Mi fortaleza y mi canción es Yahve. Él es mi salvación. Él, mi Dios, yo le glorifico, el Dios de mi padre, a quien exalto…. Yahveh es su nombre!... Tu diestra, Yahveh, relumbra por su fuerza; tu diestra, Yahveh, aplasta al enemigo. En tu gloria inmensa derribas tus contrarios, desatas tu furor y los devora como paja….¿Quién como tú, Yahveh, entre los dioses? ¿Quién como tú, glorioso en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas?
Tendiste tu diestra y los tragó la tierra.Guiaste en tu bondad al pueblo rescatado. Tu poder los condujo a tu santa morada…. La fuerza de tu brazo los hizo enmudecer como una piedra, hasta que pasó tu pueblo, oh Yahveh, hasta pasar el pueblo que compraste.
Tú le llevas y le plantas en el monte de tu herencia, hasta el lugar que tú te has preparado para tu sede, ¡oh Yahveh! Al santuario, Adonay, que tus manos prepararon.
Yahveh reinará por siempre jamás!”

Siempre me ha impresionado mucho ver cómo coincide este canto con el Magnificat, canto de María, (Lucas 1. 46-55):

“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador,  … el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es Santo, su misericordia llega a los fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de dones, auxilia a Israel su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres  en favor de Abraham y su descendencia.”

Este canto fue la respuesta de María al saludo de su prima Isabel,  cuando ambas se encuentran entre sí y ante el milagro de la vida, estando las dos embarazadas, María de Jesús, e Isabel de Juan el Bautista.
Más allá del significado del Magníficat en boca de María,  de la belleza y música de sus palabras, de su espiritualidad,  es evidente que María impregnó ese mensaje con el Mija Moja,  el Shir de Moises, del pueblo de Israel maravillado ante la grandeza de los milagros y poderío del Señor D´s.-
Por eso, hoy que es Shabbat Shira y que en todo el mundo se está leyendo Exodo 15- 11-18, el Shir de Moises, sé que nos estamos uniendo con la oración que entonó María madre de Jesús, que afirma que Dios es magnífico y todo lo puede.

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